miércoles, 5 de junio de 2013

GONGORA EN LA ROMA PAGANA

"Hace muchos, muchísimos años, nació en Sulmona (Italia) Gongora. Sulmo mihi patria est, gelidis uberrimus undis. Millia qui movies distat ab Urbe decem.
GONGORA.jpg (4963 bytes)
Luis de Gongora y Argote (1561-1627)

¿Os extrañáis, verdad' Sí, nació en Córdoba en 1500 y pico, diréis. En parte tenéis razón. De la Italia pagana nació un niño famoso por sus narices, como Góngora, y por sus inteligentes versos. También como el Cordobés, no el torero, por si acaso.  Tenían tanto parecido en todo (recordamos el soneto de Quevedo a Góngora Erase un hombre a una nariz pegado y el sobrenombre de Nasón) que yo lo confundo. Así como el autor de Polifemo tiene a su Dámaso Alonso, así el poeta del amor y de las lágrimas tiene a Don Antonio Anda. 
 
He aquí un ejemplo que lo confirma. Se trata de unos apuntes recogidos durante el curso. "Día 10-06.64. Día fatídico, casi lluvioso. Cumpleaños de Suso. Hoy hemos tenido un día de lo más fiero. ¿Quién no recuerda los inolvidables versos de Ovidio? Dicendumque semel toto non ampliu aevo, accipere, et pariti reddero voce. Vale?
 
Al salir del estudio todos gemíamos: 
-Desde luego que Ovidio es sencillo y no tiene dificultad, bufa Pablo.
-Yo he he cho seis versos. Como es más bonito leerlo en latín que traducirlo..., comenta Caco.  
-Déjame el cuaderno un poco, implora un infeliz.
-Que lo he hecho mal, trata el otro de librarse.
 
 (Publio Ovidio Nasón, en latín Publius Ovidius Naso; Sulmona, actual Italia, 43 a.C.-Tomis, hoy Constanza, actual Rumania, 17 d.C.) Poeta latino. Educado en las artes de la política, estudió en Roma y completó su formación en diversas ciudades del mundo griego, pero pronto abandonó la política para dedicarse por entero a la poesía, convertido en un hombre adinerado tras heredar la hacienda de su padre.
 
La negra silueta de don Antonio entra en clase. Todos tememos la tormenta. Es verdad que a los que nos pidió ayer estamos bastante tranquilos, pero...
 
-Aguinaco, Aguirre, Albizu, Angulo, Arrieta, Ruiz...
 
Albizu trata de alejar la tormenta. Que me lo pidió ayer... -Entonces el siguiente.
 
-Me ha jorobado, yo no hecho nada... - se queda Ruiz.
 
Don Antonio con su calma habitual, nos aconseja:
 
-Lean y saboreen el texto...
 
 Una oleada de protestas se airea entre todos.
 
-Hoy sí que no. Otros días pase, pero hoy...
 
-El que sabe analizar... -dice don Antonio.  
 
-... se queda a dos velas... -rie Goiko.
 
-... vence todas las dificultades, termina don Antonio.
 
-Si, pero que haya tantas dificultades de ayer a hoy... trata de defendernos el de Murguía.
 
-De acuerdo,  hoy era difícil, condesciende don Antonio.
 
El silencio domina con su pesada carga entre todos. Don Antonio comenta:
 
- A mí me gusta corregir esta clase de ejercicios, porque se corrigen antes y además se leen cosas muy graciosas Suficcit, sed un hac textu tollere debetis cunea virtus es.. (esto no es de Ovidio).
 
Ya se sabe lo que se suele armar en tan grandes ocasiones..."
 
 
Este artículo lo firma Alfonso García de Jalón. La calidad en la conservación de mi ejemplar es tan mala que me es imposible descifrar las diez últimas líneas.  Y es probable que algunos latines no estén copiados correctamente por mi, porque están muy borrados.  Con todo, creo que constituye una buena muestra de lo que era en junio de 1964 una clase de Literatura Latina.

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