miércoles, 13 de febrero de 2013

A SEXTO CON SOTANA (1965)

Fue otro salto importante. Seguíamos siendo latinos, porque hasta el curso siete toda nuestra base de estudios eran las humanidades, los latines que se decía antaño. Pero pasábamos a vivir al Pabellón de Filosofía. Nuestros dormitorios, de las vistas a Vitoria  y Teología cambiábamos al lado opuesto para ver Ali y Teología, que éstos tenían los dos pabellones del centro.

Ya estaba la Iglesia Católica lanzada en Roma con el Concilio Vaticano II. Pronto se quitaría la sotana y el alzacuellos, pero ese curso no nos libramos. Para nosotros era el primer año que vestiamos todos los días de curas. Y en los actos importantes nos colocábamos la beca, esa "especie de chia que usaban los clérigos constituidos en dignidad". Lo que recuerdo de ella es que era roja y como una bufanda gigante que llevaba la vuelta en el pecho y las dos "alas" por encima de los hombros y al aire para atrás. Y que cuando hacía viento era mucho lío mantenerla en su sitio.

De nuevo pasábamos a ser los pequeños, esta vez en el pabellón de los medianos, con 7ª de Latinos y los dos cursos de Filosofía. Tuvimos que cambiar algunas costumbres, una especie de paso de la adolescencia a la juventud. Por citar una, debíamos estudiar en nuestra habitación, por supuesto individual, con lavabo y mesa de estudio.

El curso lo iniciamos y terminamos 28. Y el único que abandonó el 24 de junio fui yo. 


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